lunes, 28 de agosto de 2017

Ojalá no nos encuentren


Sentía su vida como un carrusel, siempre girando en torno a las mismas razones por las que luchar, pero con variantes en cada vuelta: luz ambiente, personas, objetos y todo diferentes, incluso ciudades y pueblos distintos, de feria en feria.

Se recolocó las gafas de sol y miró al horizonte, donde un barco de vela,  empujado por el viento, parecía revolotear en la lejanía como una mariposa. Subió al coche, sacó un mapa de carreteras de la guantera, lo extendió y sin mirar puso el dedo en un punto.

Debía irse con sus hijos, alejarse para seguir luchando, para sobrevivir.


Microrrelato publicado en Cinco Palabras, 5ª semana de agosto 2017.

©María José Gómez Fernández


lunes, 21 de agosto de 2017

Hacienda "La Vega"

Tras varios meses de pertinaz sequía, el pueblo ansiaba desesperado que llegaran las lluvias para aliviar las gargantas propias y de la tierra. Agua, tan preciada e imprescindible, valorada como el oro en aquellos parajes; equivalente a vida, todo en el rancho empezaba a marchitar por su ausencia.

-No recuerdo nada igual, ya son casi cinco años sin llover como es debido –masculló Cándido mientras sostenía una brizna de paja entre sus labios-.

Con nostalgia, rememoró la época de esplendor y crecimiento, siendo joven aún. Se humedecieron sus ojos y sintió caer dos lágrimas.

-¡Lástima que no sea lluvia! -exclamó-.


Microrrelato publicado en Cinco palabras, 4ª semana de agosto de 2017.

©María José Gómez Fernández.


jueves, 17 de agosto de 2017

La llamada

Fue inevitable, como también añorarte toda la vida.
Sonó el teléfono a las tres de la madrugada e intuí que no era una equivocación; algo grave había ocurrido.

Al escuchar al interlocutor experimenté un déjà vu: tras la colisión quedabas atrapado en el asiento del copiloto, fallecido en el acto.

Microrrelato publicado en Cincuenta palabras, septiembre de 2017.

©María José Gómez Fernández


martes, 15 de agosto de 2017

Sin razón aparente

Por la mañana pudo ver los restos del naufragio de la noche anterior: los calcetines de él colgando de la chimenea y su minifalda enganchada en los colmillos del jabalí; él se había ido, así que de nuevo estaba sola, y todo eso le produjo tal nostalgia que fue incapaz de permanecer allí por más tiempo.
Se dirigió hacia la playa con el firme propósito de poner fin a todas sus desgracias y desamores, pensando hacerse a la mar como una madera que flota a la deriva hasta ser engullida por el valle inmenso del océano. Y así lo hizo.

Microrrelato publicado en Cinco palabras, 3ª semana de agosto de 2017.

©María José Gómez Fernández


Carne sitiada

Años difíciles,
de desconcierto y desorden.
Crisis de identidad humana,
crisis de derechos y dignidad.

Carne que sufre y que muere,
carne que mata y destruye,
carne que huye y emigra,
como puede, o sin poder.
Carne que se desmadra
en interminable carnestolenda.
Carne que busca un líder,
político o espiritual.
Carne que no quiere pasar hambre,
y que vive para trabajar,
mientras otros optan por robar.
Carne despedazada
en atentados cruentos.
Carne sacrificada
por desquicie de un suicida
que no quiere morir solo.
Carne reventada
por desastres naturales.


La ciudad y el país no importan;
puede ser cualquier sitio.
Son años difíciles,
de desconcierto y desorden.
Y pasarán a la historia
como etapa de transición,
como tiempos de incertidumbre,
posible preámbulo de guerra,
mediocridad política,
ideologías convulsas,
injusticia social.

Años que estamos viviendo
en nuestra carne,
carne humana,
carne sitiada.

sábado, 12 de agosto de 2017

Vuela entre las estrellas

Descuelgo cada recuerdo
y lo contemplo
embobada,
reviviendo instantes
con preciso detalle.

Imposible volver atrás
a no ser con recuerdos,
que se irán y vendrán
como las olas del mar.

Me quedo con lo vivido,
con las conversaciones
que mantuvimos.
Me quedo con tus consejos
ofrecidos como opiniones.
Me quedo con tu amor a la vida,
con tu carácter conciliador,
con tu cálida sonrisa
y con el timbre de tu voz.

De día te imagino
en los pájaros
que se posan y vuelan,
observándome inquietos.

Cada noche pienso
que estás flotando
en una de esas estrellas
y cuidando de mí.

Vuela alto y firme,
vuela entre las estrellas.

©María José Gómez Fernández

martes, 8 de agosto de 2017

Aracena

Ese pueblo coqueto,
perfecto, blanco,
con su gente
abierta y amable.


Ese pueblo que llevo dentro,
que me aplaca cuando vuelvo,
que me devuelve
a días pasados,
raíces y sangre.
Aracena, por mis venas,
tus casas y tus calles,
empedradas,
tu antiguo lavadero,
tu paseo y su fuente,
los campos que te rodean,
el castillo que te corona
y la gruta que te late.

Aracena,
ese pueblo,
mi pueblo,
el de mis abuelos
y el de mis padres.


©María José Gómez Fernández

No es indiferencia


Es caprichoso el sentir:
al alejarte te acercas
y si estás cerca
te vas,
parece que no estás.
En ningún caso,
ni se rasga el cielo
ni se abre el mar.
Y el tiempo
continúa escurriéndose
entre los dedos,
como la arena,
como el agua,
sin más.

Photo by Kevin LEE on Unsplash

domingo, 6 de agosto de 2017

Despedida anunciada


Echando de menos
de antemano,
y de más,
por lo que sobra
y estorba.

Sentimientos compartidos.

Letargo e inquietud
en la espera,
contradiciendo
los estados del alma.

Contando las horas
para irte,
hasta que llegue el momento
y te vayas.

Después las contarás
para volver...

Siempre igual.

Sentimientos encontrados,
extraños sin calma...

miércoles, 2 de agosto de 2017

Quiero un Planeta Tierra mejor.


Nuestro querido planeta ha entrado oficialmente hoy en déficit ecológico, seis días antes que el año pasado. Esto es una alarma que nos advierte de que hoy, 2 de agosto de 2017, la humanidad ha consumido el total de recursos que el planeta era capaz de regenerar y que estaban previstos para ser consumidos durante este año.

Lamentablemente, a partir de mañana, todos los recursos del planeta que utilicemos serán los que estaban destinados a ser consumidos a lo largo de 2018.

¿Qué planeta van a heredar nuestros hijos y generaciones venideras si continuamos derrochando lo que nos ofrece La Tierra? Pero no queremos enterarnos, y nuestra codicia e irresponsabilidad nos pasará factura, y será más temprano que tarde.

Esta es mi aportación para tomar conciencia sobre la importancia del Día de la Sobrecapacidad de la Tierra: menos emisión de CO2, cuidar los bosques, cuidar los mares y sus recursos, no malgastar agua potable, utilizar energías renovables no contaminantes.

Quiero una Tierra mejor.

Utilizando sus recursos con medida también contribuiremos a retrasar el cambio climático.


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