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lunes, 15 de mayo de 2017

Cinco milímetros


¡Cuántas metas aún por alcanzar!, propósitos de los que le separaban dificultades por vencer. Pero no quería centrar en ello su pensamiento, que además, divagaba de una a otra idea como un inquieto pájaro revolotea de rama en rama.

Prefirió pensar en su boca acechando a su presa, la otra boca, labios firmes, rosados, finos pero lo suficientemente carnosos como para deleitarse en ellos; cálidos y húmedos labios que se retiraban y acercaban en un juego sutil por acortar la distancia, hasta fundirse en una pugna de deseo en la que cada púgil se debate por dominar al otro, y a la vez anhela y permite ser dominado, con mordisqueos pícaros que incitan, embestidas a dos labios que abarcan y se apoderan de la otra boca para, luego, aparentar relajarse y ser presa del embiste del contrario, que arremete con fuerza comedida, con deseo irrefrenable, comiendo y bebiendo el jugo apetitoso y sabroso que se desprende del beso…
El momento de ese beso que la hizo temblar, su primer y más auténtico beso con él, dulce tortura si se alejaba, cálido encuentro al acercarse, preámbulo de una entrega única e incondicional.



Las potentes luces que la iluminaban desde el techo, de repente, la sacaron de la confortable nube del beso de deseo; fijó su atención en el largo trayecto recorrido desde la habitación al quirófano, o al menos a ella le había resultado largo.
Pensó que todos los planos de la vida, físico, emocional, laboral, personal, se pueden acomodar al concepto de la distancia.
El tumor se encontraba en el colon, a cinco milímetros del recto, y por eso estaba allí.

No quería pensar… así que volvió a perderse en los labios que, al cerrarse en un beso apasionado, rompían la distancia entre los dos…, cinco milímetros. Y esa fue la imagen que se le fijó al entregarse al sueño inducido por la anestesia general antes de la intervención quirúrgica. Haría todo por tener de nuevo ese beso…, uno parecido, capaz de hacer revolotear miles de mariposas en su estómago…, un beso loco y apasionado, certero beso…, mágico, como aquel beso…


Publicado por María José Gómez Fernández para #relatosDistancia de @divagacionistas

jueves, 7 de julio de 2011

Dulce locura

Dedícame tu mirada,
y por un instante
detén tus ojos en mi boca,
que quiero sentirlos besándola.

Abraza mi sonrisa
y desliza tu cuerpo
con caricias que descubran
mis emociones.

Se abrirá el abanico de mis sentimientos
y entraré en una batalla contigo,
y los dos seremos vencedores
y a la vez los dos seremos vencidos.
De: fotowho.net/tokano (google images: filtro estricto)
Háblame:
un susurro se hará conmigo,
devorará como un virus mi voluntad,
seré para ti de nuevo,
resurgirá el vivo deseo
que reposa adormecido.
Me revolveré en gemidos
pero no de lamento,
continuando la lucha encarnizada,
los dedos locos por rozar,
pulsaciones que aumentan,
sangre agolpada,
oteo tu ternura y tus ansias,
subida en lo más alto,
reina de mi reino
con mi cetro entre las manos,
hundo el mástil en mi barco,
galopada salvaje,
travesía sin tregua,
éxtasis derramado de tu fuego
y de mi excitación intensa irrefrenable.

Cuando volvamos a encontrarnos,
pídeme que te dedique mi mirada,
y que por un instante
detenga mis ojos en tu boca,
que quiere sentirlos besándola,
dime sin palabras que te abrace,
que quieres sentirme en tu espalda,
secuestra mi voluntad,
invade mis territorios,
libremos otra batalla...
vencedores y vencidos...
reina de mi reino...
travesía sin tregua...
...
de mi mano cogido, duermes...
enemigo y aliado...
nos aguardan más batallas...
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